Se trata de un trabajo de “altura” que requiere por nuestra parte un poco de precaución.
Tras una valoración inicial del tipo de tejado y las fijaciones necesarias según el caso, empezamos a fabricar el canalón a medida en nuestro taller-furgón y así, de una pieza, se fija a la fachada con tacos y tornillos.
Ahora procedemos a realizar el nacimiento por el que se vierten las aguas pluviales con un sacabocados y colocamos la pieza que conecta a la bajante, que se sella, al igual que las tapas laterales, con silicona neutra.
En el suelo fabricamos a medida la bajante y acoplamos ésta al nacimiento recorriendo la fachada y fijándola con la pieza de fijación a la pared.
Terminamos con un codo que mande el agua lejos de la vivienda para que no salpique.
Tras una instalación de este tipo, lo más importante es el mantenimiento y una simple revisión y limpieza de vez en cuando, ayudará enormemente a mantenerlo en perfectas condiciones.